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Existe una gran dificultad a la hora de narrar la historia de Aldeanueva del Camino puesto que los documentos y escritos que se conservan son muy pocos. La población de Aldeanueva del Camino comenzó siendo un campamento romano. Situada en plena ruta de la plata los romanos encontraron un lugar para establecerse y descansar mientras llevaban sus reses y cargamentos de pueblo en pueblo aprovechando esta excepcional ruta.
Los romanos dejaron en Aldeanueva múltiples vestigios de su estancia, se construyeron puentes, de los cuales varios se conservan. También encontramos en la población lápidas, inscripciones e inclusos estelas prerromanas.
Con la invasión de los árabes Aldeanueva del Camino sufre numerosos ataques quedando entonces la población destruida y despoblada.
Aldeanueva comenzará a renacer cuando España se encontraba dividida en dos reinos: el Reino de Castilla y el Reino de León. A partir de estos momentos se divide en dos poblaciones separadas entre sí por la calzada romana, pasándose a llamar Casas de Aldeanueva la de Castilla y Aldeanueva del Camino la de León. La parte correspondiente a Castilla fue entregada al poderoso e influyente Ducado de Béjar y a la Diócesis de Plasencia. La parte que correspondía a León fue otorgada al Ducado de Alba y a la Diócesis de Coria. Esta división eclesiástica marcará a Aldeanueva del Camino para siempre y quedando constancia de ello, qué mejor que sus dos magníficas iglesias (conocidas entre la población como la iglesia de la parte de arriba y la otra la de la parte de abajo). La división del pueblo duró hasta 1959 cuando estas dos poblaciones pasaron a depender a la Diócesis de Coria-Cáceres.
En el año 1438, la reina Doña María de Aragón, esposa de Don Juan II, entrega la carta puebla, que en 1492 fue refrendada por los Reyes Católicos en Santa Fe y más tarde en 1518, por Doña Juana en Valladolid. Por otro lado el municipio sufre la gran expulsión de la comunidad judía aldeanovense según se demuestra en documentos hallados de la época y en varios actos del Santo Oficio, hallados en el Monasterio de Guadalupe.
La población fue creciendo poco a poco, y se constituyó la agricultura y la ganadería, hasta que en 1802 y con motivo de la invasión de la Guerra de la Independencia Aldeanueva fue camino obligado de los ejércitos, donde un batallón de la Guardia Nacional es deshecho por tropas francesas.
Durante el transcurso de la guerra de los franceses se establecieron en la población salmantina de Puerto de Béjar, por cuyo motivo Aldeanueva del Camino sufrió la presencia de las tropas francesas, siendo incendiada y saqueada el 8 de abril de 1808.
En 1835, Aldeanueva vuelve a ser sacrificada por una guerra civil. El pueblo era profundamente realista e isabelino, es incendiado y masacrado por las tropas carlistas, pero la Milicia Nacional de Aldeanueva junto a los demás pueblos vecinos se unieron y derrotaron a los carlistas en la ciudad de Béjar.
Aunque Aldeanueva se reconstruye en 1840 y los pueblos son unificados por el Real Decreto en 1834 en un solo Ayuntamiento la división eclesiástica de la población duraría ciento veinticinco años más.
El apogeo de la población llegó de manos del ferrocarril en 1875, unido a su famoso mercado semanal de los miércoles que desde el siglo XVI1 era el mercado más importante de vacuno de Extremadura.
Cabe mencionar que en Aldeanueva nacieron personas de la talla de D. Martín Batuecas, prestigioso pensador y abogado liberal y D. Tomás Batuecas Marugán, científico internacional, así como D. Ángel Duarte Jiménez, famoso escultor y pintor galardonado con la Medalla de oro de las Bellas Artes en 1996.
Aldeanueva del Camino es también conocida en toda España por su magnifico pimentón, del cual se producen actualmente más de un millón de kilos en las cuatro factorías que funcionan en la actualidad.
Las fiestas patronales se celebran el 3 de febrero, festividad de San Blas y el 8 de septiembre la de Nuestra Señora, coincidiendo con la festividad del Día de Extremadura.
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